• Ofreciendo elementos   para que realicen un  esfuerzo por planificar su vida, reforzar el amor a si mismas,   sanar sus propias heridas y   crecer en la comunión con otros. 

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• Anunciándoles la Buena Nueva del Evangelio, para  darle un nuevo sentido a la vida espiritual como el verdadero propósito de su existencia. 

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• Dándoles herramientas para ser mejores madres y por consiguiente  mejores evangelizadoras.